Dia 10
Montlouis-sur-Loire - Châteaudun

Me levanto temprano, para no perder la costumbre, miro por la ventana y llueve bastante. Hoy no se cumple lo de que a quién madruga... Espero a que escampe para empezar la ruta. Voy contento pero tras 2 horas de tregua vuelve a llover. Spoiler, la lluvia me va a acompañar hasta el final.
Los paisajes son preciosos, el río Loira y sus castillos imponen mucho, la pena es que la lluvia no me deja disfrutar al 100%.
Primer reto del día, el track me dice que para cruzar el río Loira tengo que subir por un puente de escaleras, no me veo yo haciendo BMX. Me resisto a la idea y, pese a la tocata de agua, me pongo a buscar alternativas.
Al margen de las vías del tren encuentro un pasillo muy estrecho por el que creo que paso. Podría bajarme de la bici y pasarlo andando pero decido concentrarme y hacerlo montado. Ríete del mindfullnes, pero con la precisión que he pasado no podía pensar en nada más que en no liarla y acabar nadando.
Tras mucho, mucho pero que mucho agua, llego al pueblo en el que me hospedo, cierro el track del "cuñao" y me dejo guiar por google.
Querido google maps, sé que ves que soy un aventurero y que me va la marcha, pero después de más de 100 km y 300.000 litros de agua, no era necesario tener que cargar en brazos la bicicleta por unas escaleras interminables, te lo digo como crítica constructiva, para que no provoques ningún infarto a otro jubilado incauto
En fin, llego al hotel fantasma decadente. Lo llamo fantasma porque no era capaz de encontrarlo, puede ser que las escaleras y el cansancio me hayan nublado un pelín los sentidos, y lo apellido decadente porque ha vivido tiempos mejores.
El dueño, muy amable y atento, lo ha descrito como VIEJO, añadiendo con una mirada de complicidad que las cosas viejas funcionan bien. No sé si era una indirecta.
Pocas recompensas mejores que quitarse la ropa empapada y darse una ducha caliente. ¡Otro día más a las alforjas